lunes, julio 18

Parte de una carta que jamás te enviaré.

-Si tú nunca cambiarás, yo cambiaré ... para siempre- pero qué tal si me convierta en lo que no quiero ser, entonces tendré que suponer toda una vida que no soy lo que decidí, en lo vil que me convertí.

Tengo unas ganas incontrolables de coger un cuchillo, clavarlo en ese corazón que no tiene ni un poco de sublimidad ni empatía, que late pero no siente... y acabar con un mal para esta indiferente sociedad, un mal para mi familia, un mal para mi.

Así no escucharía más gritos, asi no pensaría más en mis problemas. Así creería que mi mente es exactamente igual a la mente del joven asesino de aquel viejo y su horrible ojo del Corazón Delator. Ahora entiendo que no estaba loco.

Pero aun sigue siendo una decisión muy difícil de tomar para mi, más dificil que el tomar un gran sorbo de whisky: negar de dónde vengo y desde eso, partir a un nuevo camino.

Quiero dejar de sentir ira, odio, resentimiento. Desechar toda clase de pensamiento negativo de mi ser pero esto ya es un infierno, en el que cada mes se hace un interminable invierno

No quiero morir, pero quiero que tú (...)
Sí.

Sé que pensar en esto me convierte en una mala persona.Y solo quien posea tanto sufrimiento como amor podría entenderme de que te quiero, pero tú no te dejas querer y de que quizá lo mejor, sea acabar con tu vida para poder liberarme y liberarte... en cada acuchillada te mostraré el amor que siempre contuve.

Esto está entre mis manos, pero a la vez entre las tuyas, entre las manos de un orate, y siento que no debo ponerlo a la deriva. Pero el cansancio me agobia cada día con mayor profundidad y cuando se apodere de mí será muy tarde para tomar una decisión bien pensada.

Porque en este mundo no cabemos los dos.
Maldición ¿Por qué?

Te suplico de rodillas como a un dios.
Deja que llore una vez más
Deja que me vaya pero
Padre, padre, jamás dejes que sea igual a ti.

Y.G.Z



No hay comentarios: